Lo encontré!

Hace unos 20 días me dieron un regalito muy poco usual: ¡Un morrocoy! Primera vez que tengo uno, así que no sabía cómo cuidarlo.

Me emocioné mucho y Pablo me contó todos los cuidados básicos que tengo que darle. Lo nombré Squirtle (sí, como el Pokemon) Los primeros días estuvo muy tímido y se quedaba en la esquina de la caja. Probé ponerle varias hojas para ver qué le gusta comer, algo de lechuga y albahaca, junto con unos trocitos de cambur.

Un día mi suegro le puso un mango abierto y estuvo toda la tarde comiendo mango. Al día siguiente fui a ponerle agua y, ¡oh sorpresa!, el morrocoy no estaba. Me puse muy triste, y con ayuda de Pablo, buscamos por todo el lugar. No lo conseguimos. Pablo me calmó diciendo que ellos suelen esconderse, pero tenía miedo de que alguna rata lo matara.

Esta mañana cuando fui a revisar por qué las gallinas estaba haciendo tanto ruido, lo conseguí debajo de una mesa, metido en una matera viendo hacia arriba como buscando la forma de salirse de ahí. ¡Salté de felicidad! Lo revisé inmediatamente, no tiene ningún golpe, pero sí estaba muy sucio. Lo lavé y lo puse de nuevo en su caja con tierra.

Ahora tiene una reja más pesada encima de la caja, para que no intente escapar de nuevo. Estoy muy contenta de haber encontrado a mi Squirtle. ¿Cuál fue tu alegría el día de hoy? Un abrazo,

Denise 

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